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Las principales medidas de seguridad alimentaria en el embalaje

En temas de seguridad alimentaria hay una serie de medidas a considerar en el embalaje, ya que al tratarse del sector de alimentación los productos deben ofrecer al consumidor una total confianza y una plena garantía de que los mismos se han mantenido bien protegidos. 

En la industria alimentaria no se trata solo de tener en cuenta las normativas de seguridad alimentaria que afectan a la elaboración de los propios alimentos. También hay que cumplir aquellas que engloban a todos los factores externos que intervienen en su cadena de producción. Es por esto que es muy importante que toda superficie o material que entre en contacto con los alimentos siga una serie de pautas.

Los embalajes para alimentos están sujetos a inspecciones y análisis periódicos con el fin de garantizar su seguridad a lo largo de toda su cadena logística. La idea es, no solo conservar el estado y las características originales del alimento, sino asegurarnos con rigor de que el material de los embalajes no transmita sustancias que puedan perjudicar al producto. Para ello es imprescindible seguir un proceso que cumpla con todas las garantías de higiene alimentaria.

La legislación que afecta al embalaje como medida de seguridad alimentaria

Según la Comisión Institucional de AECOSAN (la Agencia española de seguridad alimentaria y nutrición) a nivel general conviene conocer la siguiente normativa:

  • Reglamento (CE) 1935/2004, de 27 de octubre de 2004, sobre los materiales y objetos destinados a entrar en contacto con los alimentos.
  • Reglamento (CE) 2023/2006, de 22 de diciembre, sobre las buenas prácticas de fabricación de materiales y objetos que van a entrar en contacto con los alimentos.

Al hablar de estos materiales nos referimos a todos aquellos que más se encuentran en el mercado: adhesivos, corcho, caucho, papel y cartón, celulosa regenerada, plásticos, productos textiles, vidrio, metales y aleaciones, etc.

Por otra parte el Reglamento 852/2004 establece que los equipos de trabajo deben cumplir con los requisitos en todos los artículos, instalaciones y equipos que entren en contacto con los productos alimentarios. Muy resumidamente podríamos decir que todos ellos deberán limpiarse debidamente y, de ser preciso, desinfectarse. Al mismo tiempo, en su elaboración, composición y estado de conservación deberán reducir al mínimo el riesgo de contaminación.

Para garantizar que se cumplan todas estas medidas una certificación muy importante es la de BRC Packaging (del British Retail Consortium en colaboración con el Instituto de Embalaje IOP), una guía de seguridad y calidad que proporciona todas las condiciones que deben asegurar los proveedores de materiales de embalaje y fabricantes de alimentos. Empleada en más de 80 países esta certificación es cada vez es más requerida, no solo en la industria alimentaria, sino también para fabricantes de productos farmacéuticos y cosméticos. 

Otras medidas básicas de seguridad en el embalaje

La guía elaborada por la Asociación Valenciana de Empresarios de Plásticos en colaboración con AIMPLAS, sobre las buenas prácticas de fabricación de materiales y objetos de plástico en contacto con los alimentos describe algunas medidas de seguridad alimentaria a tener en cuenta.

En lo referente al plástico, dentro de la clasificación general en función del riesgo de contaminación, el material de embalaje (palets, film de embalaje externo, cajas y bolsas de plástico para el transporte de alimentos) entra en el tercer grupo, ya que su uso final es un contacto indirecto. A pesar de que en su uso exista la posibilidad de que haya un contacto directo, el proceso en sí no precisa de medidas de higiene restrictivas. Por tanto, en este caso se deberán contemplar las medidas mínimas exigibles al producto que fabrican. Los otros dos grupos son aquellos materiales y objetos plásticos en contacto directo con los alimentos (con o sin barrera de protección).

No obstante, según la guía anteriormente mencionada citamos los requisitos que la empresa debe seguir para unas buenas prácticas de higiene en seguridad alimentaria:

  • Se seguirá un plan de formación interno o externo para toda la organización.
  • Todas las instalaciones dispondrán de un nivel adecuado de higiene y limpieza.
  • Las zonas de producción deberán disponer de la suficiente luz para asegurar una buena elaboración.
  • La instalación de los equipos reducirá al máximo el riesgo de contaminación.
  • Las zonas de almacenamiento deberán tener la capacidad para almacenar de forma separada la materia prima del producto acabado.
  • Las empresas deberán tener un procedimiento de purga y limpieza entre la transición de la fabricación de envases no alimentarios y alimentarios.
  • Los proveedores deberán embalar el producto de forma que se minimicen las posibles contaminaciones externas.