Embalaje en malla vs embalaje con poliéster

Todos sabemos que el objetivo del embalaje es contener al producto, conservarlo y protegerlo para su movilidad. Para ello, los materiales de embalaje juegan un papel fundamental y quienes nos encontramos en este mundillo nos preguntamos, ¿qué es mejor, el embalaje con poliéster o con malla? En este post te comparamos ambos para que aclares tus dudas.

El embalaje con poliéster o en malla: por qué es importante su diferenciación

Para empezar, hay que hacer un hincapié en la importancia del embalaje en sí misma.

Desde que la mercancía sale de fábrica hasta que llega a los centros de consumo puede haber un largo proceso. Es por esto que, según las características y requerimientos de la mercancía, necesitaremos una u otra clase de embalaje que permita el manejo de la misma sin alterar su estado de conservación mediante un buen sistema de flejes.

Por tanto, el embalaje debe hacer frente a una serie de requisitos: debe presentar la mayor resistencia para proteger el contenido durante su transporte o apilamiento, adecuarse a las exigencias de los clientes en cuanto a su forma, tamaño y peso, debe prevenir pérdidas o daños, así como resistir las condiciones térmicas a las que pueda ser sometida la mercancía hasta que llegue a la venta.

El embalaje en malla

El embalaje en malla consiste en fibras naturales y sintéticas que se fabrican en bolsas o sacos y es muy empleada para el envasado manual. Está especialmente indicado para artículos delicados o para la distribución de artículos por piezas sueltas, por ejemplo, en el caso de artículos de montaje.

Uno de los sectores que más demanda este embalaje es el de alimentación, sobre todo para productos como el ajo, la cebolla o las patatas, donde las mallas soportan una capacidad de carga de hasta 15 kilos.

Por otra parte, las mallas en forma de lámina son empleadas para el embalaje mecanizado para flejar cajas de madera, que es lo que aporta una mayor calidad en la presentación del producto y una mejor manipulación del envasado.

Existen distintos tipos de mallas para el envasado y el embalaje de productos, fabricados en diferentes tamaños y formatos de agujero, y con posibilidad de fabricarse con cinta adhesiva para pegado a caja.

–     Bolsas de malla extruída para productos hortofrutícolas, que uniforman el color de los productos envasados y presentan posibilidad de impresión de etiqueta o lámina con el logo de la marca.

–     Mallas tubulares de protección: apropiadas para la protección y separación de productos, lo cual hace más fácil el almacenaje y su organización para su posterior manipulación. Ideales para productos con superficies frágiles, como la cerámica o las botellas de cristal.

–     Mallas para envolver palets, para asegurar las cargas a la vez que la mercancía pueda transpirar. Especialmente indicada para alimentos como embutidos y quesos.

El embalaje con poliéster

El poliéster es un material de fibra sintética ampliamente utilizado en el sector textil que presenta una amplia gama de posibilidades. Una fibra natural reconocida por su capacidad de absorción y transpirabilidad que contiene una gran cantidad de beneficios.

Para el embalaje con poliéster, en IEM como referente en el sector, empleamos el flejado del envasado con poliéster, mejorando las cualidades del embalaje para una manipulación mucho más óptima.

El fleje con poliéster (PET) presenta todas estas ventajas que hacen superar al embalaje en malla:

  • No se oxida y es inalterable a los cambios de temperatura, absorbiendo menos humedad. Ello permite repeler hongos y bacterias, aumentando su durabilidad, lo cual es muy importante para la buena conservación de los productos.
  • Resistente a la rotura, brindando una gran protección a todo el embalaje. El poliéster presenta una elevada memoria elástica que permite que se adapte fácilmente al paquete manteniendo la tensión. No se deforma, ni se estira ni se encoje. Es decir, no tiene retorno elástico y dura hasta cuatro veces más que los flejes de acero.
  • El poliéster se puede combinar con otros materiales, multiplicando la calidad del producto final y permitiendo una gran posibilidad de usos.
  • Con el embalaje con poliéster se reduce el riesgo de daño durante el transporte y el almacenamiento, garantizando una fácil gestión de la mercancía incluso a elevadas temperaturas.
  • Gracias a su alta capacidad de tensión, el embalaje con poliéster ofrece una gran capacidad de estabilidad en el transporte de mercancías, previniendo su movimiento y reduciendo la fricción.
  • Al ser un producto limpio que no libera productos químicos y, por tanto, una solución de embalaje reciclable, es altamente respetuoso con el medio ambiente.
  • Absorbe mejor las tintas, permitiendo más posibilidades de personalización en el packaging.